Introducción
En mayo de 1940, los Países Bajos cayeron bajo la opresión de la maquinaria de guerra nazi. A pesar de ser un país de aproximadamente 33,000 kilómetros cuadrados con una población de alrededor de nueve millones de habitantes, y con poca geografía propicia para la resistencia armada, los neerlandeses demostraron una notable determinación contra los ocupantes nazis. Este período se caracterizó por la ocupación, la resistencia y una lucha incansable por la libertad.
Resistencia Inicial y Actos Patrióticos
Desde el primer día de la ocupación nazi, grupos como el Comité de Acción Guezen declararon su compromiso con la libertad neerlandesa, rechazando la idea de convertirse en parte de Alemania. Un acto simbólico y masivo ocurrió el 29 de junio de 1940, cuando la población colocó claveles en ventanas y tiendas en honor al príncipe Bernardo, marcando un desafío directo a los nazis.
Ataques a la Comunidad Judía y Respuestas
La persecución nazi se intensificó con ataques a judíos, lo que provocó resistencia inmediata. Tanto en la Universidad de Leiden como en la Universidad Técnica de Delft, estudiantes y profesores se levantaron en protesta, mostrando la determinación del pueblo neerlandés contra la opresión.
Huelgas y Resistencia Laboral
En febrero de 1941, trabajadores de astilleros se declararon en huelga, impidiendo que los nazis deportaran a trabajadores neerlandeses para el trabajo forzado en Alemania. Este acto valiente desencadenó una serie de eventos, incluyendo un enfrentamiento armado entre nazis y ciudadanos judíos en Ámsterdam.
La Huelga Masiva y su Represión
El 17 y 18 de febrero de 1941, los trabajadores ferroviarios neerlandeses se declararon en huelga, evitando la deportación de judíos a campos de concentración y el regreso de tropas alemanas a Alemania. Aunque esta huelga tenía como objetivo debilitar la maquinaria nazi, también resultó en la interrupción de suministros vitales a las ciudades neerlandesas.
La Resistencia Médica y Religiosa
Destacando la resistencia, los médicos neerlandeses rechazaron unirse al gremio médico alemán, desafiando las directrices nazis, y las iglesias católica y reformada enviaron declaraciones a sus miembros instándolos a resistir civilmente.
La Resistencia Cotidiana y el Orgullo Nacional
Cada acción cotidiana se convirtió en un acto de orgullo nacional y resistencia. El signo "V" reemplazó el apretón de manos, la palabra "hallo" se convirtió en un acrónimo de resistencia, y hasta los sellos postales se usaron como expresión de orgullo neerlandés.
Conclusión
A pesar de la falta de coordinación nacional, la resistencia neerlandesa contra la ocupación nazi fue un testimonio de valentía y determinación. Aunque los nazis lograron deportar a una parte de la población judía, la resistencia ocultó a miles, demostrando que la lucha por la libertad nunca fue en vano. Este período oscuro en la historia de los Países Bajos destaca la fortaleza del espíritu humano ante la adversidad.